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miércoles, 18 de mayo de 2011

La adoración eucarística


La Eucaristía es el testimonio sacramental de tu primera Venida, con la cual quedaron ratificadas las palabras de los Profetas y se realizaron las esperanzas. Nos has dejado, Señor, tu Cuerpo y tu Sangre bajo las especies del pan y del vino, para que atestigüen que se ha realizado la redención del mundo, a fin de que mediante ellas tu misterio pascual llegue a todos los hombres, como sacramento de la vida y de la salvación. La Eucaristía es, al mismo tiempo, un anuncio constante de tu segunda Venida y el signo del Adviento definitivo y, a la vez, de la espera de toda la Iglesia: "Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección; ¡ven, Señor Jesús!".
Deseamos adorarte cada día y cada hora a ti, oculto bajo las especies del pan el vino, para renovar la esperanza de la.."llamada a la gloria" (cf. 1 Pe 5, 10), cuyo comienzo, lo has constituido Tú con tu Cuerpo glorificado "a la derecha del Padre". (Beato Juan Pablo II)

Ha de tener siempre forma de comunión espiritual. Y según eso, «acuérdense [los fieles] de prolongar por medio de la oración ante Cristo, el Señor, presente en el Sacramento, la unión con él conseguida en la Comunión, y renovar la alianza que les impulsa a mantener en sus costumbres y en su vida la que han recibido en la celebración eucarística por la fe y el Sacramento» (Ritual 81).

La adoración eucarística es un momento de intimidad, de confianza, de amistad con Jesucristo, el Redentor, el Amigo, el Hermano, el Compañero en nuestro peregrinar hacia la vida eterna. En estos ratos de oración ante Jesucristo presente en las Sagradas Especies, es necesario actuar interiormente la fe en la presencia real de Cristo en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía, la esperanza, la caridad, darse cuenta de que su presencia ahí, en el pan, es un gesto de amor personal a cada hombre, a ti. El Maestro está presente y te llama. Es el instante oportuno para renovar los propósitos de santidad y de respuesta generosa al amor de Dios. La adoración a Cristo es también acompañarlo con sentimientos de reparación por los propios pecados y por los de todos los hombres y hacer nuestros los sentimientos más profundos de Jesús.

La Iglesia vive de la Eucaristía, vive de la plenitud de este Sacramento, cuyo maravilloso contenido y significado han encontrado a menudo su expresión en el Magisterio de la Iglesia, desde los tiempos más remotos hasta nuestros días. Sin embargo, podemos decir con certeza que esta enseñanza -sostenida por la agudeza de los teólogos, por los hombres de fe profunda y de oración por los ascetas y místicos, en toda su fidelidad al misterio eucarístico queda casi sobre el umbral, siendo incapaz de alcanzar y de traducir en palabras lo que es la Eucaristía en toda su plenitud, lo que expresa y lo que en ella se realiza. En efecto, ella es el Sacramento inefable. El empeño esencial y, sobre todo, la gracia visible y fuente de la fuerza sobrenatural de la Iglesia como Pueblo de Dios, es el perseverar y el avanzar constantemente en la vida y en la piedad eucarísticas, y desarrollarse espiritualmente en el clima de la Eucaristía. (Juan Pablo II, Redemptor Hominis 20).

ALGUNAS RAZONES PARA PASAR UNA HORA EN EL SANTISIMO SACRAMENTO
1.    El mejor tiempo que pasas en la vida, es con tu mejor amigo Jesús Sacramentado, ¡que valiosa conversación con Cristo en el Santísimo Sacramento, porque no hay nada más que consuele más en la tierra, nada más eficaz para avanzar en el camino de la santidad.
2.    Así como no puedes exponerte a la luz del sol sin recibir sus rayos, tampoco puedes acercarte a Jesus, expuesto en el Santisimo Sacramento,  sin recibir los rayos divinos de su gracia, su amor y su paz “Cristo es verdaderamente Emmanuel que  es Dios con nosotros. Dia y noche. Él esta en medio de nosotros. Él recide con nosotros lleno de gracia.
3.    Sí Jesús fuera visible en la Iglesia, todos correrían a darle la bienvenida, pero el permanece en la Sagrada Hostia, bajo la apariencia del pan, porque nos esta llamando a la fe. “El Santisimo es el corazón latente de cada una de nuestras iglesias, y es nuestro dulce deber honrar yadorar en la Santa Hostia lo que nuestros ojos no ven, el Verbo Encarnado.”
4.    Con caridad Jesús transforma nuestro corazon  y el de Él en uno. “Jesús enseña a aquellos que vienen a Él, hacer como Él, dócil y humilde de corazón, y a no seguir su propia voluntad, sino la voluntad de Dios. (Credo del Pueblo de Dios).
5.     Si el Papa te hiciera una invitación para que lo visitaras en el Vaticano, este honor no seria nada en comparación al honor y dignidad que Jesús mismo te otorga al hacerte la invitación de pasar una hora a la semana con Él en el Santisimo Sacramento. “La divina eucaristía confiere al pueblo cristiano una dignidad incomparable (Credo del Pueblo de Dios, Pablo VI)
6.    Cada momento que pasas en su presencia eucarística sumentara su vida divina dentro de ti, y profundizara te relación personal y tu amistad con Él. “Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia.” “Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. Quien esta unido conmigo y yo con él, ese me da mucho fruto. Porque sin mi nada puedes ” (Sn Jn 10,10. 15,5)




La adoración eucarística
La Eucaristía es el testimonio sacramental de tu primera Venida, con la cual quedaron ratificadas las palabras de los Profetas y se realizaron las esperanzas. Nos has dejado, Señor, tu Cuerpo y tu Sangre bajo las especies del pan y del vino, para que atestigüen que se ha realizado la redención del mundo, a fin de que mediante ellas tu misterio pascual llegue a todos los hombres, como sacramento de la vida y de la salvación. La Eucaristía es, al mismo tiempo, un anuncio constante de tu segunda Venida y el signo del Adviento definitivo y, a la vez, de la espera de toda la Iglesia: "Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección; ¡ven, Señor Jesús!".
Deseamos adorarte cada día y cada hora a ti, oculto bajo las especies del pan el vino, para renovar la esperanza de la.."llamada a la gloria" (cf. 1 Pe 5, 10), cuyo comienzo, lo has constituido Tú con tu Cuerpo glorificado "a la derecha del Padre". (Beato Juan Pablo II)

Ha de tener siempre forma de comunión espiritual. Y según eso, «acuérdense [los fieles] de prolongar por medio de la oración ante Cristo, el Señor, presente en el Sacramento, la unión con él conseguida en la Comunión, y renovar la alianza que les impulsa a mantener en sus costumbres y en su vida la que han recibido en la celebración eucarística por la fe y el Sacramento» (Ritual 81).

La adoración eucarística es un momento de intimidad, de confianza, de amistad con Jesucristo, el Redentor, el Amigo, el Hermano, el Compañero en nuestro peregrinar hacia la vida eterna. En estos ratos de oración ante Jesucristo presente en las Sagradas Especies, es necesario actuar interiormente la fe en la presencia real de Cristo en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía, la esperanza, la caridad, darse cuenta de que su presencia ahí, en el pan, es un gesto de amor personal a cada hombre, a ti. El Maestro está presente y te llama. Es el instante oportuno para renovar los propósitos de santidad y de respuesta generosa al amor de Dios. La adoración a Cristo es también acompañarlo con sentimientos de reparación por los propios pecados y por los de todos los hombres y hacer nuestros los sentimientos más profundos de Jesús.

La Iglesia vive de la Eucaristía, vive de la plenitud de este Sacramento, cuyo maravilloso contenido y significado han encontrado a menudo su expresión en el Magisterio de la Iglesia, desde los tiempos más remotos hasta nuestros días. Sin embargo, podemos decir con certeza que esta enseñanza -sostenida por la agudeza de los teólogos, por los hombres de fe profunda y de oración por los ascetas y místicos, en toda su fidelidad al misterio eucarístico queda casi sobre el umbral, siendo incapaz de alcanzar y de traducir en palabras lo que es la Eucaristía en toda su plenitud, lo que expresa y lo que en ella se realiza. En efecto, ella es el Sacramento inefable. El empeño esencial y, sobre todo, la gracia visible y fuente de la fuerza sobrenatural de la Iglesia como Pueblo de Dios, es el perseverar y el avanzar constantemente en la vida y en la piedad eucarísticas, y desarrollarse espiritualmente en el clima de la Eucaristía. (Juan Pablo II, Redemptor Hominis 20).

ALGUNAS RAZONES PARA PASAR UNA HORA EN EL SANTISIMO SACRAMENTO
1.    El mejor tiempo que pasas en la vida, es con tu mejor amigo Jesús Sacramentado, ¡que valiosa conversación con Cristo en el Santísimo Sacramento, porque no hay nada más que consuele más en la tierra, nada más eficaz para avanzar en el camino de la santidad.
2.    Así como no puedes exponerte a la luz del sol sin recibir sus rayos, tampoco puedes acercarte a Jesus, expuesto en el Santisimo Sacramento,  sin recibir los rayos divinos de su gracia, su amor y su paz “Cristo es verdaderamente Emmanuel que  es Dios con nosotros. Dia y noche. Él esta en medio de nosotros. Él recide con nosotros lleno de gracia.
3.    Sí Jesús fuera visible en la Iglesia, todos correrían a darle la bienvenida, pero el permanece en la Sagrada Hostia, bajo la apariencia del pan, porque nos esta llamando a la fe. “El Santisimo es el corazón latente de cada una de nuestras iglesias, y es nuestro dulce deber honrar yadorar en la Santa Hostia lo que nuestros ojos no ven, el Verbo Encarnado.”
4.    Con caridad Jesús transforma nuestro corazon  y el de Él en uno. “Jesús enseña a aquellos que vienen a Él, hacer como Él, dócil y humilde de corazón, y a no seguir su propia voluntad, sino la voluntad de Dios. (Credo del Pueblo de Dios).
5.     Si el Papa te hiciera una invitación para que lo visitaras en el Vaticano, este honor no seria nada en comparación al honor y dignidad que Jesús mismo te otorga al hacerte la invitación de pasar una hora a la semana con Él en el Santisimo Sacramento. “La divina eucaristía confiere al pueblo cristiano una dignidad incomparable (Credo del Pueblo de Dios, Pablo VI)
6.    Cada momento que pasas en su presencia eucarística sumentara su vida divina dentro de ti, y profundizara te relación personal y tu amistad con Él. “Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia.” “Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. Quien esta unido conmigo y yo con él, ese me da mucho fruto. Porque sin mi nada puedes ” (Sn Jn 10,10. 15,5)




La adoración eucarística
La Eucaristía es el testimonio sacramental de tu primera Venida, con la cual quedaron ratificadas las palabras de los Profetas y se realizaron las esperanzas. Nos has dejado, Señor, tu Cuerpo y tu Sangre bajo las especies del pan y del vino, para que atestigüen que se ha realizado la redención del mundo, a fin de que mediante ellas tu misterio pascual llegue a todos los hombres, como sacramento de la vida y de la salvación. La Eucaristía es, al mismo tiempo, un anuncio constante de tu segunda Venida y el signo del Adviento definitivo y, a la vez, de la espera de toda la Iglesia: "Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección; ¡ven, Señor Jesús!".
Deseamos adorarte cada día y cada hora a ti, oculto bajo las especies del pan el vino, para renovar la esperanza de la.."llamada a la gloria" (cf. 1 Pe 5, 10), cuyo comienzo, lo has constituido Tú con tu Cuerpo glorificado "a la derecha del Padre". (Beato Juan Pablo II)

Ha de tener siempre forma de comunión espiritual. Y según eso, «acuérdense [los fieles] de prolongar por medio de la oración ante Cristo, el Señor, presente en el Sacramento, la unión con él conseguida en la Comunión, y renovar la alianza que les impulsa a mantener en sus costumbres y en su vida la que han recibido en la celebración eucarística por la fe y el Sacramento» (Ritual 81).

La adoración eucarística es un momento de intimidad, de confianza, de amistad con Jesucristo, el Redentor, el Amigo, el Hermano, el Compañero en nuestro peregrinar hacia la vida eterna. En estos ratos de oración ante Jesucristo presente en las Sagradas Especies, es necesario actuar interiormente la fe en la presencia real de Cristo en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía, la esperanza, la caridad, darse cuenta de que su presencia ahí, en el pan, es un gesto de amor personal a cada hombre, a ti. El Maestro está presente y te llama. Es el instante oportuno para renovar los propósitos de santidad y de respuesta generosa al amor de Dios. La adoración a Cristo es también acompañarlo con sentimientos de reparación por los propios pecados y por los de todos los hombres y hacer nuestros los sentimientos más profundos de Jesús.

La Iglesia vive de la Eucaristía, vive de la plenitud de este Sacramento, cuyo maravilloso contenido y significado han encontrado a menudo su expresión en el Magisterio de la Iglesia, desde los tiempos más remotos hasta nuestros días. Sin embargo, podemos decir con certeza que esta enseñanza -sostenida por la agudeza de los teólogos, por los hombres de fe profunda y de oración por los ascetas y místicos, en toda su fidelidad al misterio eucarístico queda casi sobre el umbral, siendo incapaz de alcanzar y de traducir en palabras lo que es la Eucaristía en toda su plenitud, lo que expresa y lo que en ella se realiza. En efecto, ella es el Sacramento inefable. El empeño esencial y, sobre todo, la gracia visible y fuente de la fuerza sobrenatural de la Iglesia como Pueblo de Dios, es el perseverar y el avanzar constantemente en la vida y en la piedad eucarísticas, y desarrollarse espiritualmente en el clima de la Eucaristía. (Juan Pablo II, Redemptor Hominis 20).

ALGUNAS RAZONES PARA PASAR UNA HORA EN EL SANTISIMO SACRAMENTO
1.    El mejor tiempo que pasas en la vida, es con tu mejor amigo Jesús Sacramentado, ¡que valiosa conversación con Cristo en el Santísimo Sacramento, porque no hay nada más que consuele más en la tierra, nada más eficaz para avanzar en el camino de la santidad.
2.    Así como no puedes exponerte a la luz del sol sin recibir sus rayos, tampoco puedes acercarte a Jesus, expuesto en el Santisimo Sacramento,  sin recibir los rayos divinos de su gracia, su amor y su paz “Cristo es verdaderamente Emmanuel que  es Dios con nosotros. Dia y noche. Él esta en medio de nosotros. Él recide con nosotros lleno de gracia.
3.    Sí Jesús fuera visible en la Iglesia, todos correrían a darle la bienvenida, pero el permanece en la Sagrada Hostia, bajo la apariencia del pan, porque nos esta llamando a la fe. “El Santisimo es el corazón latente de cada una de nuestras iglesias, y es nuestro dulce deber honrar yadorar en la Santa Hostia lo que nuestros ojos no ven, el Verbo Encarnado.”
4.    Con caridad Jesús transforma nuestro corazon  y el de Él en uno. “Jesús enseña a aquellos que vienen a Él, hacer como Él, dócil y humilde de corazón, y a no seguir su propia voluntad, sino la voluntad de Dios. (Credo del Pueblo de Dios).
5.     Si el Papa te hiciera una invitación para que lo visitaras en el Vaticano, este honor no seria nada en comparación al honor y dignidad que Jesús mismo te otorga al hacerte la invitación de pasar una hora a la semana con Él en el Santisimo Sacramento. “La divina eucaristía confiere al pueblo cristiano una dignidad incomparable (Credo del Pueblo de Dios, Pablo VI)
6.    Cada momento que pasas en su presencia eucarística sumentara su vida divina dentro de ti, y profundizara te relación personal y tu amistad con Él. “Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia.” “Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. Quien esta unido conmigo y yo con él, ese me da mucho fruto. Porque sin mi nada puedes ” (Sn Jn 10,10. 15,5)




La adoración eucarística
La Eucaristía es el testimonio sacramental de tu primera Venida, con la cual quedaron ratificadas las palabras de los Profetas y se realizaron las esperanzas. Nos has dejado, Señor, tu Cuerpo y tu Sangre bajo las especies del pan y del vino, para que atestigüen que se ha realizado la redención del mundo, a fin de que mediante ellas tu misterio pascual llegue a todos los hombres, como sacramento de la vida y de la salvación. La Eucaristía es, al mismo tiempo, un anuncio constante de tu segunda Venida y el signo del Adviento definitivo y, a la vez, de la espera de toda la Iglesia: "Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección; ¡ven, Señor Jesús!".
Deseamos adorarte cada día y cada hora a ti, oculto bajo las especies del pan el vino, para renovar la esperanza de la.."llamada a la gloria" (cf. 1 Pe 5, 10), cuyo comienzo, lo has constituido Tú con tu Cuerpo glorificado "a la derecha del Padre". (Beato Juan Pablo II)

Ha de tener siempre forma de comunión espiritual. Y según eso, «acuérdense [los fieles] de prolongar por medio de la oración ante Cristo, el Señor, presente en el Sacramento, la unión con él conseguida en la Comunión, y renovar la alianza que les impulsa a mantener en sus costumbres y en su vida la que han recibido en la celebración eucarística por la fe y el Sacramento» (Ritual 81).

La adoración eucarística es un momento de intimidad, de confianza, de amistad con Jesucristo, el Redentor, el Amigo, el Hermano, el Compañero en nuestro peregrinar hacia la vida eterna. En estos ratos de oración ante Jesucristo presente en las Sagradas Especies, es necesario actuar interiormente la fe en la presencia real de Cristo en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía, la esperanza, la caridad, darse cuenta de que su presencia ahí, en el pan, es un gesto de amor personal a cada hombre, a ti. El Maestro está presente y te llama. Es el instante oportuno para renovar los propósitos de santidad y de respuesta generosa al amor de Dios. La adoración a Cristo es también acompañarlo con sentimientos de reparación por los propios pecados y por los de todos los hombres y hacer nuestros los sentimientos más profundos de Jesús.

La Iglesia vive de la Eucaristía, vive de la plenitud de este Sacramento, cuyo maravilloso contenido y significado han encontrado a menudo su expresión en el Magisterio de la Iglesia, desde los tiempos más remotos hasta nuestros días. Sin embargo, podemos decir con certeza que esta enseñanza -sostenida por la agudeza de los teólogos, por los hombres de fe profunda y de oración por los ascetas y místicos, en toda su fidelidad al misterio eucarístico queda casi sobre el umbral, siendo incapaz de alcanzar y de traducir en palabras lo que es la Eucaristía en toda su plenitud, lo que expresa y lo que en ella se realiza. En efecto, ella es el Sacramento inefable. El empeño esencial y, sobre todo, la gracia visible y fuente de la fuerza sobrenatural de la Iglesia como Pueblo de Dios, es el perseverar y el avanzar constantemente en la vida y en la piedad eucarísticas, y desarrollarse espiritualmente en el clima de la Eucaristía. (Juan Pablo II, Redemptor Hominis 20).

ALGUNAS RAZONES PARA PASAR UNA HORA EN EL SANTISIMO SACRAMENTO
1.    El mejor tiempo que pasas en la vida, es con tu mejor amigo Jesús Sacramentado, ¡que valiosa conversación con Cristo en el Santísimo Sacramento, porque no hay nada más que consuele más en la tierra, nada más eficaz para avanzar en el camino de la santidad.
2.    Así como no puedes exponerte a la luz del sol sin recibir sus rayos, tampoco puedes acercarte a Jesus, expuesto en el Santisimo Sacramento,  sin recibir los rayos divinos de su gracia, su amor y su paz “Cristo es verdaderamente Emmanuel que  es Dios con nosotros. Dia y noche. Él esta en medio de nosotros. Él recide con nosotros lleno de gracia.
3.    Sí Jesús fuera visible en la Iglesia, todos correrían a darle la bienvenida, pero el permanece en la Sagrada Hostia, bajo la apariencia del pan, porque nos esta llamando a la fe. “El Santisimo es el corazón latente de cada una de nuestras iglesias, y es nuestro dulce deber honrar yadorar en la Santa Hostia lo que nuestros ojos no ven, el Verbo Encarnado.”
4.    Con caridad Jesús transforma nuestro corazon  y el de Él en uno. “Jesús enseña a aquellos que vienen a Él, hacer como Él, dócil y humilde de corazón, y a no seguir su propia voluntad, sino la voluntad de Dios. (Credo del Pueblo de Dios).
5.     Si el Papa te hiciera una invitación para que lo visitaras en el Vaticano, este honor no seria nada en comparación al honor y dignidad que Jesús mismo te otorga al hacerte la invitación de pasar una hora a la semana con Él en el Santisimo Sacramento. “La divina eucaristía confiere al pueblo cristiano una dignidad incomparable (Credo del Pueblo de Dios, Pablo VI)
6.    Cada momento que pasas en su presencia eucarística sumentara su vida divina dentro de ti, y profundizara te relación personal y tu amistad con Él. “Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia.” “Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. Quien esta unido conmigo y yo con él, ese me da mucho fruto. Porque sin mi nada puedes ” (Sn Jn 10,10. 15,5)




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